viernes, 23 de mayo de 2008

¿ SOLIDARIDAD viene de “ QUEDARSE SOLO” ?

El otro día en Ortuella se celebró una comida popular con más de mil comensales y se recogieron cerca de 200 firmas a favor de un aire más limpio en Meatzaldea (Léase: Petronor no construyas la planta de coke)
Sin embargo en ese ir y venir tras las firmas me encontré con pequeños debates sobre el asunto. Desde alguna mesa se me achacó que utilizar una concentración de gente para repartir “octavillas” es una violación de la intimidad y se me sugirió que debía colocarme en una esquina para que se acercase el que quisiera. Exquisito.
Normalmente he observado que los planteamientos contrarios a la pelea por un aire más limpio proceden de los trabajadores de Petronor o de aquellas personas que tienen implicaciones políticas o familiares
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Mi pregunta sería:
Si es una intromisión en la vida privada el repartir unas octavillas para su firma y se tacha a la actividad de coactiva, ¿Qué puedo decir yo de Petronor cuando en una noche de verano introduce parte de su carga de aire sucio en mis pulmones y sin mi permiso? ¿Coacción? ¿Envenenamiento? ¿Falta de respeto a mi intimidad?...
Sus trabajadores y representantes sindicales defienden su derecho a cobrar todos los fines de mes y a ser posible formar parte de la plantilla fija de la empresa. Correcto. Pero…¿Hemos oído en estos últimos veinte años sus voces, criticando la política contaminante de la empresa? ¿En todos estos años han conseguido algo para que ellos y su empresa no ensucien un aire y un agua que son de todos/as?
Es complicado y a algunos se les pondrá la carne de gallina cuando oyen criticar a “los trabajadores” de este valle, pero existe cierta responsabilidad personal que no puede justificar que un sueldo sea la excusa para fabricar bombas para el tercer mundo, o para ser policía antidisturbios y zumbar a los de tu pueblo, o para ensuciar el aire de tus vecinos y permanecer mudo ; y lo que es más grave acallar la voz de los que protestan porque ponen en riesgo su puesto de trabajo.

Ojala que los trabajadores de Petronor se pongan a la cabeza de la petición de que su empresa haga las cosas bien. Simplemente eso. Porque debe ser así y no por mantener el sueldo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante la reflexión , aunque un poco dificil de ser oida. De todas formas era algo esperable si nos atenemos a valoraciones que los trabajadores ya venian realizando de una forma muy poco crítica con la puesta en marcha de la planta de coke a través del comité de empresa en los medios :

"El comité de empresa de Petronor ha valorado positivamente la gestión medioambiental de la futura planta de coke que introduce fuertes medidas de protección para reducir al mínimo la emisión de polvo de este residuo. Tanto es así, que las instalaciones registrarán una exposición en el aire de estas partículas inferior a un kilo al día, según se detalla en el estudio de impacto medioambiental realizado por Petronor.

Precisamente, este aspecto es el mejor valorado por todas las centrales sindicales en sus "primeras impresiones" del proyecto. En concreto, destacan la implantación de "tecnología puntera" con la implantación de un diseño procedente de "la planta de coke más avanzada en Europa situada en Hungría". Las medidas preventivas incluyen el soterramiento del almacenaje así como el sellado de las cintas transportadoras para evitar la fuga de partículas del material. De igual modo, la prevención se extiende al transporte, que se realizará en camiones con depósito hermético.

En cambio, el comité se ha mostrado reticente con los mayores niveles de emisión de gases a la atmósfera, a pesar de "dejar por descontado que Petronor cumplirá a rajatabla la legislación". El propio estudio anticipa unos incrementos anuales de hasta un 19,3% en el caso de dióxido de carbono que aumentará en 469.824 toneladas hasta alcanzar un total de 2,9 millones. El aumento del resto de gases contaminantes no le va a la zaga con aumentos de un 12,2% para el óxido de nitrógeno -408 toneladas adicionales-- y de un 7,3% en el de azufre -857 toneladas más-.

En cualquier caso, la planta también generará beneficios medioambientales con la drástica disminución de los residuos físicos. A este respecto, las 6.000 toneladas anuales de sedimentos procedentes del proceso de centrifugación del refino así como las 921 de lodos aceitosos desaparecerán por completo. Este descenso se debe a la mayor capacidad de la planta de depuración de los residuos finales del petróleo."

Anónimo dijo...

HABLANDO DE SOLIDARIDAD

Etimológicamente, la palabra solidaridad tiene su raíz en el latín, si bien su procedencia no es directamente de la lengua latina, sino a través del francés, que parece que fué el primer idioma en utilizarla. La raíz latina está en la familia de las palabras de sólidas, con el significado de "sólido", "compacto", "entero". En esta raíz etimológica de la palabra encontramos "dos universos significativos: el de la construcción (algo construido sólidamente) y el de la jurisprudencia (obligaciones contraídas in solidum, es decir mancomunadamente). Del primero quedará la lógica orgánica en el concepto de solidaridad: la unidad de un todo en el que las partes están sólidamente trabadas. Del segundo quedará la exigencia de compartir el destino entre las personas implicadas".
En cuanto a su utilización, la palabra solidaridad es relativamente nueva, pues no aparece hasta finales del siglo XVII en el francés. A principios del siglo siguiente, se amplia su uso y significado como sustituto del término cristiano caridad y a mediados del siglo XIX su utilización comienza a hacerse frecuente tras el uso de la misma por Auguste Comte, y se difunde al resto de idiomas europeos, entre ellos el nuestro. A lo largo de estos dos siglos la palabra solidaridad se irá cargando de otros sentidos, pasando de las viejas concepciones originarias del ámbito de la construcción y el derecho, a expresar realidades sociológicas y a referirse a un valor y principio ético.
Con referencia a este a estos universo significativos, tal y como recoge Imanol Zubero, la solidaridad tiene dos grandes experiencias concretas a lo largo de este periodo. En primer lugar, la solidaridad obrera que se produce desde la Revolución industrial hasta el periodo de entreguerras, y que se basaba en la convicción de que "la unión hace la fuerza, y que la situación de los trabajadores podría y debía ser transformada mediante la acción colectiva de un poderoso nosotros"'. La segunda gran experiencia concreta de solidaridad social se das tras la II Guerra Mundial con la puesta en marcha (en una parte de Europa Occidental) del Estado del bienestar, entendido como un modelo de solidaridad descendente o por consenso que ya no se basa en la experiencia de salir juntos de la injusticia, sino en un "contrato social" que garantiza unas condiciones mínimas de vida para todos.
En la actualidad, va cobrando fuerza la propuesta de universalizar un modelo de solidaridad, revisándolo y extendiéndolo más allá de las fronteras (políticas y sociales) en las que se ha venido fraguando. Junto a ello, de manera reciente, parece percibirse un cierto "abuso" del término solidaridad. Podría decirse que es una de esas expresiones que generan consensos automáticos, aunque no exista una coincidencia real en los contenidos. Desde el punto de vista de las personas e instituciones más implicadas en la práctica real de la solidaridad, existe una creciente impresión de "desvalorización" del término, un vaciamiento del mismo, que hace que pierda su fuerza y su potencial y pase de ser un referente ético a casi un "eslogan" publicitario.


El concepto de solidaridad no es único y es necesario, por tanto, reflexionar sobre los distintos modelos de solidaridad que coexisten actualmente y las diferentes concepciones que encierran cada uno de ellos. Siguiendo a Luis Aranguren Gonzalo, podemos encontrar cuatro modelos diferentes de solidaridad que coexisten actualmente: solidaridad como espectáculo; solidaridad como campaña; solidaridad como cooperación o solidaridad como encuentro. Las características principales de cada uno de los cuatro modelos son las siguientes.
1. Solidaridad como espectáculo
Este modelo concibe la solidaridad más que como un principio ético, como una cuestión estética. Surgida de la cultura postmoderna, la solidaridad se entiende como un artículo de compra y venta, que no exige ningún análisis, ni transformación sino solo un ejercicio de consumo, indoloro. No requiere ningún tipo de sacrificio, ni esfuerzo , ni confrontación personal, pero me hace sentir bien, estar más a gusto.. Se trata de la concepción más epidérmica de la solidaridad, que se da en un contexto de postmodernidad con un abuso del papel de los medios de comunicación y de las leyes del mercado
2. Solidaridad como campaña
Vinculada con la anterior, este concepto de solidaridad destaca la reacción urgente y puntual antes las tragedias humanitarias. Se promueve una solidaridad puntual, reactiva, que no se prolonga hacia un compromiso duradero. Se trata por tanto de un uso perverso de la compasión, que no constituye el primer paso de un proceso pedagógico de implicación con los desfavorecidos, sino que se utiliza como reclamo de ayuda puntual. En este modelo los medios de comunicación juegan un papel fundamental, pues no solo actúan como canales de difusión de las tragedias y los reclamos de ayuda (normalmente descontextualizados), sino como selectores de aquellas crisis que se publican y de las que no constituyen noticia (Birmania, Angola, Chad, ... y tantas otras crisis olvidadas) y por tanto no son objeto de nuestra solidaridad. El problema fundamental de este modelo es que el dolor por sufrimiento ajeno, la compasión, no es motor de un proceso de cambio personal, sino que se utiliza como reclamo de ayuda a cambio de la tranquilidad de conciencia. Se reclama una colaboración económica no como un gesto de apoyo que expresa un deseo de implicación mayor con el otro, sino que se vende como lo que tienes que hacer para olvidarte del problema y poder dormir tranquilo". En este caso la ayuda la ayuda económica lejos de convertirse en un signo de solidaridad auténtica y compromiso, pasa a ser expresión de un modelo de solidaridad superficial y puntual.
3. Solidaridad como cooperación
Este modelo de solidaridad, supone una notable evolución con relación a los anteriores. La solidaridad se entiende aquí no ya como simple bien de consumo o como ejercicio de ayuda puntual, sino como propuesta de cooperación y como estrategia de desarrollo. Al menos formalmente, la mayoría de las ONG se sitúan en este modelo. La solidaridad es una apuesta que pretende promover el desarrollo de los grupos de población más vulnerables, mediante los proyectos de desarrollo o de intervención social. Las principales limitaciones de este modelo aparecen relacionadas con su praxis: el modelo de desarrollo imperante es fundamentalmente economicista; se produce una relación de dependencia excesiva por parte de los beneficiarios; y suele existir un predominio excesivo de la organización sobre los individuos. Además de estas limitaciones, la toma de conciencia y revisión de la propia vida es muy limitada, como también lo es la implicación y participación de los propios beneficiarios. Se trata, en definitiva, de un modelo de solidaridad que profundiza y mantiene una vinculación de medio y largo plazo, pero que no es capaz de transformar la propia vida de los sujetos (tanto agentes como beneficiarios).
4. Solidaridad como encuentro
Los dos rasgos mas característicos de este modelo de solidaridad son: la solidaridad surge "de la experiencia de encontrarse con el mundo del dolor y no quedarse indiferente", sino iniciar todo un proceso pedagógico y la solidaridad se concibe como un principio ético capaz de provocar "cambios en la manera de pensar y de vivir"9, capaz de alterar mi proyecto de vida personal, en la medida en que adquiera un valor significativo en mi propia escala de valores. En este modelo de solidaridad la relación con los beneficiarios se basa, sobre todo, en el acompañamiento de procesos individuales y colectivos. Es un modelo de solidaridad, que desde la experiencia concreta de encuentro con el sufrimiento, es capaz de incorporar el análisis de las causas y los contextos, ejercer una acción, transformar y convertirse en criterio de revisión del proyecto personal, afectando por tanto a todas las dimensiones de la vida.
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CARACTERÍSTICAS DE LA SOLIDARIDAD
Una vez conocidos los orígenes y evolución del término y analizados los distintos modelos de solidaridad que coexisten, podemos profundizar en el concepto de solidaridad que proponemos Solidaridad, en nuestra opinión, es la convicción íntima, que necesariamente se traduce en acciones, de que cada ser humano debe sentirse (y ser) responsable de todos los demás y de la naturaleza. La solidaridad nace, como escribió Terencio, del reconocimiento de que "hombre soy y nada de lo humano puede resultarme ajeno"; o como el Che-Guevara les pedía a sus hijos en su testamento: "Sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo". O como recoge Juan Pablo II en su encíclica Sollicitudo re¡ Socialis, la solidaridad que debe entenderse "no como un sentimiento superficial y vago por los males que sufren las personas cercanas y lejanas. Al contrario, es la determinación firme y perseverante de trabajar por el bien común, es decir, por el bien de todos y cada uno, porque todos somos de verdad responsables de todos".
La solidaridad es un principio ético y una virtud. "En cuanto virtud la solidaridad es una actitud moral que cambia la vida de la persona en orden a implicarla con el destino del otro. En cuanto a principio ético, la solidaridad transforma preferentemente la organización de la vida social: sus relaciones, sus instituciones, sus estructuras". La solidaridad se convierte, por tanto, en criterio de organización de la sociedad v de decisión en la vida personal. Se convierte en "un modo de ser, un modo de comprendernos como seres humanos que consiste en ser los unos para los otros, para llegar a estar los unos con los otros'-.
La solidaridad es transformadora. Ya no se trata de considerar la solidaridad como un ejercicio indoloro, epidérmico, que no me interpela ni me obliga, sino como una opción que genera cambios en mi forma de vivir y pensar. La verdadera solidaridad no provoca indiferencia, sino que es capaz de cambiar el estado de cosas que pone en cuestión. Así entendida, la solidaridad genera transformaciones tanto en los agentes sociales como entre las personas y grupos beneficiarios. Se trata, por tanto, de una solidaridad que lleva a una acción transformadora que "se ha de plasmar en itinerarios concretos de trabajo, esto es, en proyectos transformadores de la realidad"
La solidaridad es radical. El término radical, aunque caído en desuso y un tanto desprestigiado, nos remite a la raíces, a la causas. En este sentido, la solidaridad debe ser radical, pues solo se concibe como tal si es capaz de transformar las causas de los problemas. Una solidaridad autentica no puede actuar solo sobre las consecuencias, las manifestaciones de las injusticia, de los conflictos, del desequilibrio ecológico; una verdadera solidaridad es aquella que enfrenta también las causas más profundas de estas cuestiones.
La solidaridad es universal. Como indica Victoria Camps "el afincamiento de la privacidad ha desarrollado, sin duda, la solidaridad para con los semejantes más próximos. Esa solidaridad no es sino un modo de egoísmo, de atender únicamente a los intereses parciales y privativos de cada uno"." Veíamos antes como históricamente hemos pasado de una solidaridad entre nosotros a una solidaridad hacia los otros. "Hoy necesitamos una nueva forma de solidaridad entre un nosotros mucho más incluyente. Un nosotros tendencialmente universal." El gran reto de la solidaridad, actualmente, es el de extender el nosotros hasta hacerlo universal, incluyente de todos los seres humanos y del propio entorno natural.
La solidaridad es integral. La solidaridad tiene su origen en la sensibilidad, en la capacidad para apropiarse el sufrimiento de los otros y se traduce, necesariamente cuando es autentica, en una manera de ver el mundo, en una manera de actuar, en una manera de ser instrumento de transformación. La solidaridad no es solo un sentimiento, ni una reacción inmediata y superficial; la solidaridad, como categoría antropológica, implica todas las dimensiones del ser humano: lo sensible (la solidaridad nace por los sentidos, al ver la injusticia o al oír el sufrimiento injusto); lo racional (después uno comprende por qué las cosas son así y como pueden cambiarse) y la praxis (una actitud solidaria se traduce necesariamente en hechos y en cambios en los hábitos o conductas).
La solidaridad es utópica. Así la solidaridad se convierte en un concepto profético-utópico: pues al construir la solidaridad estamos denunciando las injusticias, al tiempo que proponiendo algo radicalmente nuevo. El trabajo activo mediante campañas de educación para la justicia, la paz, el compromiso con los más pobres, la pluralidad o el respeto de los derechos humanos, que va adquiriendo un creciente peso en algunas ONG, tiene este objetivo de incentivar la conciencia solidaridad en medio de una sociedad desmotivada y carente de referencias y valores.
La solidaridad está orientada a los más débiles. Esta solidaridad que vamos describiendo, no es neutral ni imparcial, sino que, desde el reconocimiento de la existencia de asimetrías y desigualdades introduce el criterio de preferencia por los más débiles. "La solidaridad indica de qué lado hay que situarse para hacer que las desigualdades injustas desaparezcan y las desigualdades inevitables sean tenidas en cuenta mediante una preferencia que destaque el valor axiológico de los más débiles

Anónimo dijo...

No Rafa , a pesar de tu mala experiencia del domingo, creo que ibas bien por donde intentaste moverte y no por el titular que le das a tu reflexión : solidaridad es la adhesión voluntaria a una causa de otros.
Etimológicamente proviene del latín solidus , que significa sólido, soldado, unido.

A mi me ha gustado siempre mucho esta reflexión de Enmanuel Mounier:

“La solidaridad es en primer lugar la reacción ante el dolor, ante el
sufrimiento y el sentimiento de los demás;
en segundo lugar, la decisión, la determinación por embarcarse en
proyectos de promoción humana;
en tercer lugar, y quizá lo más importante
es que la solidaridad supone adoptar un estilo de vida organizado,
alternativo, distinto
y donde se pone en juego todas las cosas personales !
“Vivir es comprometerse”

Anónimo dijo...

Violación a la intimidad? anda por favor,el que quiera se une y el que no no, es de lo más sencillo.

Siempre he oido decir a un politico, cuando se le acercaban periodistas, diciendole haber si podian hacerle una pregunata, a lo cual el contestaba. Preguntadme lo que querais, recordad que no existe la pregunta indiscreta sino la respuesta indiscreta.

Anónimo dijo...

Pues creo que no hicisteís nada bien el día de la paella, pues creo que hubo gente que se pudo sentir mal al llevarles las hojas para que firmaran. Lo más normal hubiera sido que os hubieraís puesto en un sitio y el que quiera ir que vaya y que firme y el que no, pues nada.