sábado, 13 de noviembre de 2010

Cuento para hoy.

Nunca me había pasado que, leyendo un libro, me encontrase de pronto con varias de sus hojas en blanco. Cuando se lo dije a la persona que me lo había regalado, me lo pidió prestado. A los pocos días me lo devolvió, con las páginas que faltaban adheridas con pegamento sobre las que estaban en blanco.

Proneo.

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