lunes, 11 de febrero de 2013

Si de vez en cuando te entra una mala leche tremenda ... vas bien.


7 comentarios:

Roger dijo...

Os dejo con este video:
http://www.youtube.com/watch?v=w8GoUw2finY

Anónimo dijo...

Beatriz Talegon tambien se lo ha contado muy bien a sus mayores:

http://youtu.be/0ZicxS57B3o

mayte dijo...

Como nos decia nuestro lucido profesor Frans Veldman ,fundador de la Haptonomia sufrimos de SOCIOSIS (SOCIEDAD ENFERMA)esperemos no adaptarnos a esto

Rosario dijo...

Completamente de acuerdo Mayte

Lolo dijo...

Para desahogarme os mando un correo que recibí el sábado:

"Largaos de una vez. Largaos, sí. Los que trincáis, los que habéis trincado, los que permitisteis que otros trincaran y los que todavía hoy no hacéis nada por que se deje de trincar. Todos. Sobráis, de verdad, dejadnos en paz de una puñetera vez.

Dais asco. Vuestra falta de vergüenza ha llevado la nuestra hasta límites que jamás deberíamos haber conocido. Y ahora os cubrís el culo los unos a los otros, un culo que tenéis tan sucio que hasta las pústulas de vuestra ignominia os han invadido el cerebro, y ya no es posible distinguir vuestras declaraciones rellenas de mierda de la peste que emana de un zurullo común.

Callaos. Callaos de una vez. Dejad de contaminar los medios, las noticias y nuestro estado de ánimo. Dejad de hacer comunicados y ruedas de prensa, disolved todos los chanchullos, deponed vuestros privilegios y salid con la cabeza bien baja y las manos en alto.

Dejad de desanimar a la gente. Dejad de decirnos que todo fue por nuestra culpa. Dejad de tomarnos por gilipollas. Ah, y no os atreváis a volver a decir que sois reflejo de la sociedad en la que vivís. Que si robasteis fue porque os lo pusieron delante. Que sois víctimas de un vacío legal, un entorno corrupto y una dudosa moral. Que sois reflejo de la gente, representantes elegidos por el pueblo. Vosotros no sois pueblo, vosotros sois escoria.

Devolvedlo. Devolvedlo todo. El dinero, las propiedades, los cargos, las dietas, los sobresueldos, las comisiones, la dignidad que os quede y la honorabilidad que algún día se os supuso. Y cuando hayáis acabado, devolved la nacionalidad que se os dio por error. Porque no merecéis formar parte ni de este ni de ningún país. No hagáis ni las maletas, saltad por la borda, como las ratas, salid nadando. Y quien no sepa, que se joda, francamente nos da igual.

Pedid perdón. Disculpaos. Ante todo aquel que votó. Ante todo aquel que piensa seguir votando. Porque ellos han creído en un sistema democrático que vosotros habéis violado, sodomizado y puesto del revés. No, yo no os concedo la presunción de inocencia. Porque cuando uno deja que ciertas cosas ocurran, acaba siendo cómplice aunque solo sea por ignorancia, por desidia u omisión.

Y por último, largaos, sí, pero sin dejar rastro. Ni se os ocurra nombrar sucesores, ni gestores, ni primos segundos que calienten vuestra silla. No tengáis la cara dura de intentar dejar un legado. Vuestro único legado será la vergüenza. Y tampoco os atreváis a interponeros nunca más entre la gente de bien y sus lícitos objetivos. Porque en este país aún quedan ciudadanos, empresas e incluso algún político honrado que construyen, que siguen luchando y que ahora ya solo tienen una misión: que no les jodáis la vida, que les dejéis hacer.

Pero sobre todo y ante todo, por lo que más queráis, seguid ignorando estas órdenes, exigencias demagógicas de un publicista que de vez en cuando hace el capullo en televisión.

Seguid creyendo que no pasará nada. Porque así quedará menos para que pase."

Jon Ahedo dijo...

Me quedé el otro día gratamente sorprendido al escuchar de viva voz las declaraciones del presidente de la gran patronal, señor Rosell. Naturalmente me alegré no por sus contenidos sino porque por fin hay un pez gordo que dice en alto y sin cortarse un pelo lo que piensa y lo que le gustaría que se hiciera de ahora en adelante. Lo dicho, alguien dice lo que siente sin tapujos ni vergüenzas ni intentar dulcificar las cosas. O sea, alguien dice la verdad de lo que está por pasar, si nadie lo remedia. En primer lugar negó con toda contundencia y descaro que hubiese tanto paro como dicen las estadísticas oficiales, porque éstas son un desastre y no ofrecen ninguna garantía. Parece que este señor y nosotros vivimos en mundo distintos, o, además de las estadísticas oficiales, también mienten los medios de comunicación que nos pasan testimonios e informes de empresas y comercios que cierran, sin contar la cantidad de gente que se ha quedado sin recursos de protección.


El señor Rosell, y con él supongo que la CEOE, afirmó a continuación que tiene una fórmula infalible para acabar con el paro. Nada de reformas laborales, nada de convenios colectivos que marquen mínimos salariales. El empresario tendrá libertad de contratar como le convenga por horas, por días y por la cantidad de dinero que le parezca oportuno sin que se tenga que ceñir a ninguna norma de carácter general ni a mínimos salariales. Claro que el señor Rosell no ha inventado ninguna fórmula porque lo que propone es volver sin más a las penosas condiciones laborales de los tiempos de la revolución industrial. Todo lo que se refiera a respetar los derechos y las garantías laborales de los trabajadores quieren borrarlo del mapa y dejar el terreno despejado para hacer y deshacer sin que nadie se meta por medio. A eso lo llaman que haya empleo, pero no quieren ver que ese supuesto no supone más que legalizar una explotación descarada. Ese tipo de empleos, que no llegan ni a los llamados basura, no va a traer sino más penuria y destrozo de las clases sociales con menos recursos y un debilitamiento notable de las clases medias.

Luego se le calentó la boca y la emprendió con el denostado estamento funcionarial. El quitaría a todos los funcionarios porque lo único que hacen es gastar papel y teléfono. Eso queda muy mediático y, de entrada, puede conseguir que resulte una propuesta populista. Pero lo que se descubre debajo de estas declaraciones es, una vez más, las verdaderas intenciones de la gran patronal. Los funcionarios son los garantes del funcionamiento del estado en todos sus niveles, a parte de que haya unos que cumplan debidamente sus deberes y otros que no pasen de ser unos chupatintas, como los hay en el resto de la sociedad. Si le sobran los funcionarios, le sobra el estado, es decir, todo lo público. Lo único que quieren es su libertad de hacer y deshacer, pero no solamente en la empresa sino en el resto de la sociedad, sin ninguna obligación social ni tener que rendir cuentas a nadie. Este es el proyecto de la CEOE, como he dicho antes, volver a las condiciones sociales de los tiempos de la revolución industrial. Eso sí aparentando que son ellos los que van a acabar con el paro. Todo esto resulta lamentable e insultante en el momento de penuria que nos está tocando vivir. De todos modos es de agradecer la sinceridad y la desfachatez del señor Rosell porque así sabemos el resto de los ciudadanos a qué atenernos y con quién nos estamos jugando los cuartos.

Anónimo dijo...

No son casos individuales de alcaldes o concejales que se forran con un plan urbanístico o una licencia; presidentes de diputación o alcaldes que colocan decenas de amiguetes o "clientes" para garantizarse su apoyo; desaprensivos (Gürtel) o financiación ilegal del partido (Filesa o Naseiro). No son sino metástasis en las sedes centrales abonadas por el descontrol del dinero, utilizado para “engrasar la maquinaria” o llevárselo. Es la estación término de la política de la Transición que, para estabilizar los partidos, concentró en sus cúpulas los resortes sobre el acceso, ascenso y exclusión de la política. O sea, para incluir y ordenar candidatos en listas electorales, excluir a los disidentes de los órganos del partido —controlando las elecciones internas con listas cerradas para todo—, repartir cargos en las Administraciones y satélites, dilatar el periodo entre sus congresos (cada cuatro años: solo Berlusconi y el Partido Comunista Chino lo superan), escapar al control de sus parlamentos internos (anulándolos en la práctica) y sobre sus cuentas.