martes, 23 de abril de 2013

Txemi Novoa: "Mientras el mundo explota."


Las palabras y las imágenes son lenguajes que no se llevan bien. Por eso si leer no es lo vuestro quedaros con el vídeo, quedaros con la obra. Con la obra de quien hasta ahora conocíamos como concienzudo artesano del barro, de la piedra y del hierro, o de cualquier elemento que se dejara. Le conocíamos como escultor de raza, como necesitado del trabajo, a veces del trabajo compulsivo y detallista hasta la obsesión,  y a través del trabajo desarrollar por encima de todo el resultado eficiente de las propias ideas. Txemi es como si   permanentemente siguiera la máxima de que la inspiración y las musas (que haberlas haylas) cuando lleguen  deben de pillarte en la faena.

De esos principios, y de la disciplina en el cómic que le ha hecho  dueño de un dibujo preciso  que ha entrenado desde muy crío, consciente de que el control técnico es esencial, creo que vienen estos lodos.

El eje de la propuesta que tienes delante en esta primera entrega lo conforma el pasado minero e industrial de Meatzaldea , a través de estructuras, personajes y edificios. Pero siempre con  un pie aquí y otro en Saturno. Estar en este mundo y no ser del todo parte de él, tiene sus ventajas. Si Antonio López no re reconoce sin Tomelloso o Madrid  y si Agustín Reche no se entiende sin esos fascinantes escaparates de Bilbao, cuesta concebir  al Txemi Novoa de hoy sin sus escenarios que muestran el esfuerzo en la fundición o en la mina o los esqueletos de un lavadero o un horno de calcinación en esta zona destripada y lunar de Bizkaia. A veces realista, a veces irreal, siempre figurativo a tope.

Y en estos momentos en los que la pintura figurativa va a contracorriente, Txemi Novoa nos pasea por el tajo minero, por una chispeante fundición o por impresionantes “ruinas”, testigos mudos de este pasado minero e industrial, unos mundos a menudo descarnados en los que él coloca, de forma tantas veces sorprendente, a sus personajes.

Lo que más me gusta de sus cuadros:

- Esa mirada suya capaz imaginar esos restos del pasado minero en marcos nuevos y muchas veces chocantes. Y como resultado los imaginarios  en los que sitúa sus  personajes. Esas instantáneas que combinan el dibujo limpio y preciso de sus figuras, la precisión quirúrgica,  con los ambientes soñados e irreales de sus entornos.

- Como aprovecha las holguras entre la representación y la realidad.

- Esa luz, ese color tan suyo que va consiguiendo. 

Txemi Novoa, pone delante de vuestros ojos imágenes desde el fondo de su mundo radical y muy personal, desde un cerebro que va a mil, de imagen en imagen, a la búsqueda de una composición y un sentido. Y eso se aprecia y se valora cuando se ve. Coherencia a la vista.

Y en ese duro viaje entre planetas, Txemi  siempre da lo que se espera que dé, cómo un panadero honrado. Igual a si mismo iguala siempre el saber y el sabor de su hogaza.

Si te gusta la obra, no te cortes, comparte esta entrada  y que Txemi y Ortuella inunden el mundo.



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3 comentarios:

Ane dijo...

Cuadros geniales, SIIIIIIIIIIIII.

LeMoro dijo...

¡Grande Txemi!

Leire Busto dijo...

Pedazo pintura!!